martes, 18 de noviembre de 2008

HITA


TARAGUDO




ALARILLA




MONTARRÓN




CEREZO







HUMANES

HUMANES
Sobre la planicie central de tres extensos aterrazamientos del terreno colindantes al lugar donde se encuentran las aguas del río Sorbe con las del Henares. En este punto se asienta la villa condal de Humanes, que constituye uno de los más importantes enclaves de la comarca de la Campiña en la provincia de Guadalajara. Formando y custodiando Las puertas de dos importantes pasos hacia la sierra románica de Atienza por Cogolludo y la de su Arquitectura Negra del Ocejón por Tamajón.
La historia de Humanes y en contra de lo que han descrito algunos escrito de que es relativamente corta, y su origen moderno, les invito a que comprueben que no es así una vez que lean los libros escritos por Antonio y Miguel Marchámalo. El primero titulado ‘La Encomienda de Mohernando y el Condado de Humanes’ en 1987. Así como "La Orden de Santiago en Guadalajara" en 2007, verán como es apasionante hermosa y extensa.
Los orígenes históricos que envuelven a esta villa y condado de Humanes, hay que buscarla en el importante enclave de Pennafora, donde hubo desde la Edad Media. Si bien la ascendencia del poblado, que llegó a alcanzar cierta magnitud, y que se amuralló completamente, en torno a un castillo de recia envergadura. Custodiaba el estrecho paso del camino que junto al Henares llevaba acercaba Toledo de Zaragoza y que usaba un puente y unos horadamientos en la roca, de donde le vino el nombre al lugar, Pennafora.- ‘Peña-Horadada; la hoy Peñahora.
Peñahora perteneció a la Corona de Castilla, desde el siglo XI en que se reconquistó la zona, quedando integrada en el Común de Hita, hasta el XII en que doña Urraca, reina, en 1119 lo entregó en señorío junto con las villas de Hita, Uceda y su tierra a don Fernando García de Hita y su mujer doña Estefanía Armengol. Cuyo hijo Pedro Fernández de Hita, hizo donación, a finales del siglo XII, de Peñahora y su término a la recién creada Orden militar de los Caballeros de Santiago, con amplio alfor territorial.
La Orden santiaguista, que poseyó en este lugar, además del castillo y murallas, la facultad de cobrar portazgo a todos cuantos pasaran, con mercancías y ganados, por el puente que custodiaban desde su altura. En 1328, el rey Alfonso XI autorizó el traslado del cobro del portazgo desde Peñahora a Mohernando. A partir de entonces, Peñahora fue despoblándose, y creció Humanes, en lugares más llanos y cómodos. El rey Felipe II, enajenó a la Orden de Santiago e incluso a la Encomienda vendiéndolo todo, en 1565, a su secretario real, que también lo había sido de su padre el Emperador, don Francisco de Eraso, quien quedo dueño y señor de Humanes y los otros pueblos de la antigua encomienda 8Mohernando, Peñahora, Razbona, Robledillo, Cerezo y las tierras de El Cañal, pasando a ser una de las grandes fortunas de Castilla.
PATRIMONIO
Humanes, entre su ancho y extendido caserío, destaca sin duda su iglesia parroquial, dedicada a San Esteban. Siendo un ejemplar de arquitectura religiosa del siglo XVI. Cuenta con una esbelta torre sobre el hastial de poniente, con vanos para las campanas y a la que hace unos años se la corono por un hermoso clapitel que la hace grandiosamente más altiva.

Entre su caserío destacan varias casonas de robusta contrición castellana, tres fuentes en continuo fluir de aguas que datan de
principios del pasado siglo. En lo alto del paraje conocido como ‘El Calvario’, se encuentra la ermita de la Soledad, de traza cuadrada, la cual recientemente también ha sido acertadamente restaurada y reemplazándola su originario atrio a tres aguas que resguarda su puerta nueva.
FIESTAS TRADICIONALES
Entre las fiestas más importantes que los humanenses conservan hasta nuestros días están. La salida de la Botarga cada 1 de enero, se trata de un personaje vestido con traje arlequinada de paño con los colores de la heráldica medieval. Recorre las calles por la mañana y al primer toque de campanas que avisa del acto religioso se sitúa ante la puerta del pórtico de la iglesia. Como es de carácter pedigüeño, solicita a los feligreses que acuden a misa alguna moneda. Terminada la función religiosa, reanuda su actuación burlesca y en especial corre tras la chiquillería. Es Fiesta declarada de Interés Turístico Provincial.
Otra de las fiestas de gran arraigo, sobre todo por las mujeres de la localidad, es la que estas llevan a cabo el 5 de febrero en honor a Santa Águeda, su patrona. Las humanenses, alrededor de media mañana, se congregan ante la casa de la ‘Aguesesa Mayor’, nombrada para este día y juntas con las damas-mayordomas acuden a la casa Ayuntamiento, donde solicitan el bastón de mando del pueblo al primer regidor o regidora, quien lo cede por un día a la Aguedesa Mayor, a la vez que las entrega sendos ramos de flores a las mayordomas. Una vez se han hecho con el ‘mando’, recorren el pueblo acompañadas de músicos y regalan bollos y algún trago de endulzado vino de pasas a sus convecinos. La fiesta prosigue con misa, procesión con la imagen de la santa y una comida de hermandad y bailes por la tarde.
Capitulo ha parte, merece ser tratada la celebración de la llamada “Procesión del Fuego”, con la patrona la Virgen de Peñahora, en la vísperas del segundo domingo de septiembre. Consiste esta en llevar procesionalmente, sobre su carroza la imagen, obra de Federico Coullaut y Valera, quien la talló partiendo de una copia fotográfica de la antigua que fuera desaparecida en la pasada contienda civil, desde su ermita a la iglesia del pueblo. Es en el transcurso de la procesión donde a lo largo del camino, jóvenes y mozos queman los rastrojos y las decenas de cabañas levantadas como ofrenda a la patrona, se hacen lugar los fuegos artificiales.
Llegada la comitiva a las entradas del caserío humanense y tras recorrer los varios kilómetros de camino que separan la ermita en medio del fuego, las autoridades reciben con todos los honores a la patrona de Humanes. La entregan el bastón del pueblo, se llevan a cabo numerosas ofrendas de flores y la Banda de Música, entona sus mejores notas. En el recorrido por sus calles estas son iluminadas por ciento de antorchas que portan los mozos, hasta llegar a las puertas del templo parroquial. Momento en el que se baja la imagen de su carroza y es colocada en un lugar preferente de la iglesia de San Esteban, donde se la ofrecen velas y rezos por parte de sus devotos.
Dicha manifestación, fue catalogada el martes, día 17 de febrero del 1987, por la corporación de la Diputación Provincial de Guadalajara.; Fiesta de Interés Turístico Provincial. Así mismo las Cortes de Castilla- La Mancha, la declaro el 31 de agosto del 1998 de Fiesta de Interés Turístico Regional.





RAZBONA




ROBLEDILLO

ROBLEDILLO
En plena campiña del Sorbe, por aquello de que su termino se extiende hasta dicho rió que lleva su nombre se encuentra levantado Robledillo, al que por su historia y para distinguir de otros de igual nombre apellidan de Mohernando. Al mismo tiempo que este desde la época de la Reconquista, en el siglo XI, perteneció a la jurisdicción de una cabecera presidida por Mohernendo, y como él fue propiedad de la Orden Militar de los Caballeros de Santiago, e incluida en su Encomienda. Enajenando todo ello por el rey Felipe II, en 1565, fue vendido el pueblo de Robledillo a don Francisco de Eraso, secretario que fue del Emperador Carlos V y su hijo Felipe II. En poder de esta poderosa familia prosiguió, formando parte del condado de Humanes, y de la jurisdicción de Mohernando, hasta el siglo XVIII en que fue declarada Villa por sí, con todos los derechos de rentas, leyes, y normas, por parte de sus regidores y escribanos del pueblo.
PATRIMONIO
En lo más alto de un bonito otero, desde donde se domina el caserío robledillense, se alza majestuosamente su iglesia parroquial. Obra del siglo XVI, con atrio al mediodía, y con vistas al ‘valle de las aguas’ Valdelagua. Su torre cuadrada para campanario a los pies del templo. Edificación de tres naves, con cuatro tramos, cubiertas por artesonado de madera, teniendo el presbiterio por cubierta una bóveda ochavada con casetones. Sobre la fachada de la puerta arcada de ladrillo y sillarejo se puede admirar el escudo de las armas de los Eraso y Peralta, señores del lugar a partir del 1564.
El pueblo posee, una magnifica cruz procesional de plata, obra del orfebre madrileño Manual de Castilla, que la realizo entre 1747 y 1755, presentando medallones con escenas de la vida y Pasión de Cristo, y macolla rica con figuras bajo rosetones.
También, formando parte del conjunto urbano de Robledillo puede verse la bella ermita de la soledad adosada al Campo Santo.
FIESTAS Y TRADICIONES
Es muy relevante la salida de la Botarga de los Casados cada uno de enero. Así mismo la Fiesta dedicada a la Virgen de la Paz, que se celebra el 24 de enero, es muy singular, ya que recorren las calles del pueblo una Botarga Infantil acompañada de jóvenes músicos, danzantes, un portador de La Paz, (retablillo de plata) que da a besar a su paso a los vecinos. El grupo de jóvenes se completa con los cesteros que recogen las viandas y otros alimentos para con dichos productos hacer una comida de hermandad, que por lo general es de patatas con bacalao y tortillas de patatas, acompañados de chorizos y torreznos.
Llegado el sábado de carnaval, es muy típico ver a los ‘Vaquillones Robledillenses’, personajes disfrazados con sayas de esparto o cáñamo que portan sobre sus hombros las conocidas ‘amugas’agricolas en cuyo extremo delantero se han instalado unas cornamentas de toro y en la trasera unas ristras de cencerros de ganado ovino. Corren tras la chiquillería y su misión es levantar las faldas de las mujeres y mozas casaderas que no acudan disfrazadas en su callejear por la población y jornada carnavalesca..
Capitulo a parte merece ser destacadas las romerías de Valdelagua. La primera con motivo de San Marcos el 25 de Abril, en cuya jornada, el pueblo acude al paraje del mismo nombre a más de tres kilómetros de distancia y una vez concentrados ante la ermita, sacan la imagen de de Valdelagua. En cuya pradera, las autoridades locales invitan a una merienda, para después emprender el camino de regreso con la imagen al pueblo. Tras cerca de dos semanas en la iglesia de la villa se regresa con la imagen en la festividad dedicada a San Isidro.



lunes, 17 de noviembre de 2008

MATARRUBIA

MATARRUBIA

Sobre un hoyo de terreras campiñeras, casi serranas y a la izquierda de un pequeño arroyuelo de aguas filtradas de las lagunas en termino de Puebla de Beleña y cuyo caudal se suma al río Jarama, se alza la población de Matarrubia. Lo primero que ve el visitante según baja por algunas de las dos entradas al pueblo, es la silueteada espadaña de su iglesia y al fondo entre robles, jara y aliagas el Pico Ocejón se dibuja por encimas de las terreras rojizas del norte que resguardan el caserío.

Dicen los historiadores que esta villa de Matarrubia perteneció desde la reconquista de la zona al común de Villa y Tierra de Uceda, que como otras poblaciones de la zona, estuvo enmarcada dentro de un señorío de los arzobispos de Toledo, quedando libre de dicha jurisdicción en el año 1575, que paso a ser con todos sus fueros villa, administrada por sus propios alcaldes y escribanos de aquella época.

EL PATRIMONIO

La mencionada iglesia parroquial, evocada a San Sebastián, constituye un robusto y enorme edificio de mampostería caliza y sillarejo en las esquinas, con torre sencilla y portada meridional de sencillas trazas y clásicas molduras, arquitrabada. Obra del siglo XVI, si bien este templo sufrió un terrible incendio en 1820 que dejó el edificio reducido en cuatro paredes. Una vez restaurada su cubierta y paredes se hizo un falso techo por debajo de las ventanas, al parecer para mitigar los calores y los fríos del crudo invierno de su interior, de una sola nave que acoge una muestra de variadas imágenes religiosas.

En un recorrido por sus calles el viajero encontrara diversas muestras interesantes de la arquitectura de tipo campinés, con mampostería y canto rodado en piso bajo, y entramado de madera con adobe en el superior. Se ven buenos ejemplos de Forja popular y tejas y ladrillos artesanales cocidos de tejares cercanos. Últimamente se han llevado mejoras de restauración en la ermita de La Soledad, el lavadero y el adecentamiento de un parque coqueto y boscoso cercano. Así mismo se ha construido de nueva obra y diseño un templete a manera de santuario abierto dedicado a San Isidro en medio de una calle que baja hacia el valle del Jarama.

FIESTAS TRADICIONALES

Constituye una fiesta de obligada cita anual por parte de todos los hijos de Matarrubia, las fiestas patronales que en honor al Cristo de La Agonía se vienen celebrando en los primeros días de cada mes de Mayo, con oficios religiosos procesión. En cuyo transcurso callejero es típico echas monedas a las andas del Cristo, en señal de solicitar nuevos y ofrendados relevos de sus palos, cintas, en el tiempo que dura esta. Del mismo modo es muy pujante la subasta de dichos maneros y cintas en la puerta del templo por hacerse con estos y tener el privilegio de entras las andas con el Cristo al interior del templo un año tras otro en tal señalado día anualmente en esta villa de Matarrubia.


TORREBELEÑA


PUEBLA DE BELEÑA

Puebla de Beleña
De Puebla de Beleña, los escritores del lugar han dicho, ser un lugar señero de la comarca campiñera, con vocación serrana; pues razones no les faltan, ya que serrano son los pueblos que tienen por vecinos al norte y en su solana-naciente las riveras de los ríos Sorbe y Henares.
El pueblo junto a los de su zona perteneció desde la reconquista al pequeño territorio comunal de Beleña del Sorbe, estando bajo la jurisdicción de esta villa fortificada. Como ella, perteneció primero al más amplio Común de Atienza, pero en 1170 la separó Alfonso VIII de ella, dándola con su castillo a Martín González, uno de sus generales. Pasó luego a los Valdés, rica familia avecindada en Guadalajara, y en el siglo XV cayó en manos del marques de Santillana, don Iñigo López de Mendoza, quedando ya para siempre en esta noble familia, aunque desde el siglo XVI en la rama segundota de los condes de Coruña, y aún percibían del pueblo las llamadas tercias reales y los derechos de penas de cámara, justicia y escribanía.

PATRIMONIO

La iglesia parroquial, es obra del siglo XVII, con cerrados muros construidos en sillar y sillarejo. Esta evocada a San Blas. La puerta se abre al sur, y es de líneas clasicista, muy sencilla. Sobre el panel de poniente se alza su espadaña y campanario que anuncia claros rasgos del barroco.
A las afueras del casco urbano y como el inicio de un manantial de agua que discurre por los términos de Robledillo, Mohernando y Yunquera, hasta su desembocadura al rió Henares. En este inicio, se encuentra la fuente y lavadero de esta población, cuyos lugares han sido restaurados recientemente junto a un aprovechado parque de descanso y ocio. Por otra parte en su termino se encuentran dos grandes lagunas, en un lugar amplio, llano y resguardadas del norte por pequeñas elevaciones. En temporada migratoria de, las aves, estas pasan y descansan de sus viajes, constituyendo a que estos humedales sean unas zonas ecológicas de importancia como para qué Medio Ambiente a través de su conserjería las declara en octubre del 2001 como Reservas Naturales. Asi mismo, un año más tarde también fueron favorablemente incluidas en la Lista de Humedales de Importancia Internacional y lugar de Interés Comunitario de Europa (LIZ) y Zona de Especial Protección para Aves (ZEPA).

FIESTAS TRADICIONALES
Si San Blas, y San Roque entre otras celebraciones anuales son fiesta sencillamente obligada para sus habitantes, lo es aun más la dedicada a San Juan, con solemnes oficios religiosos y procesionado. La cuan prosigue con el tradicional reparto de la típica “Caridad de San Juan”. Esta consiste en un cantero de pan o panecillo de harina de trigo, un trozo de queso, como es natural elaborado con leche de cabra y oveja que han pastado en el término y bien curado. Todo ello regado con vino del lugar, Si bien dichas viandas han sido previamente bendecidas por el sacerdote en presencia del santo patrón del hombre del campo y la ganadería.

ALEAS

Aleas

El pequeño y restaurado pueblo de Aleas, perteneció históricamente al territorio de Beleña del Sorbe y como villa estuvo encuadrado al señorío de los Valdes y de los Mendozas, en su rama de los condes de Coruña, hasta el siglo XIX.
Del primitivo caserío de Aleas, el pueblo que conocierón nuestros abuelos del lugar, desapareció cuando fue línea de fuego en los horribles enfrentamientos de la guerra civil española. Las ruinas de los extramuros y los montones de piedras blanquecinas de yeso-alabastrado que hay sobre una pequeña colina que une la ermita de La Soledad junto al pequeño camposanto atestiguan hasta nuestros días la feroz destrucción a la que fue sometido su antiguo caserío.
El nuevo pueblo como otros colindantes, se volvió a reedificar con sencillos planteles de casas labriegas y ganaderas en un solo barrio por parte de la Organización Nacional de La Dirección General de Regiones Devastadas sobre el año 1944, dejando sin reconstruir la iglesia.
Como municipio, Aleas se incorporó abmistrativamente sobre los años sesenta al Ayuntamiento de Cogolludo.

PATRIMONIO
Entre las dos filas de casas de manera alineadas, se encuentra la fuente de fresca y saludable agua en cuyo pilón aletean los peces. En esta figura una placa con la fecha y el alcalde que la inauguro. Un poco más arriba se puede apreciar la ermita de la Soledad reluciente de cal y con claros signos de recientes reparaciones ya que sirve como templo parroquial donde al menos los domingos oficia misa el sacerdote de la zona. La iglesia originaria se encuentra en ruina, junto a la edificación de lo que fueron escuelas publicas del pueblo.

FIESTAS TRADICIONALES
Su fiesta principal y anual se puede decir que es la dedicada a la Candelaria de Aleas, en cuya jornada sale a la calle la Botarga, personaje revestido con traje multicolor hecho de retales de franela en diferentes colores alternados. Lleva capuchón, muy antiguo, y su actuación es el día 2 de cada mes de febrero, corriendo por la calles a la vez que hace contusiones para asustar a la chiquillería que encuentra a su paso, a los que ya intimida con su careta de madera y una pequeña porra de simbología demoníaca.

LA MIERLA

La Mierla
La villa de La Mierla, es un núcleo de población prácticamente pequeño, hasta el punto que nunca llegó a tener importancia según los historiadores. Los mismos que aseguran que debió ser creado su núcleo poblacional a raíz de la reconquista del territorio de Atienza, quedando desde el comienzo incluido en el pequeño alfoz o territorio de Beleña del Sorbe, y, como esta villa, en el señorío de don Martín González (siglo XII), de los Valdés (siglo XIII al XV) y de los Mendozas (siglo XV a XIX). En unas de cuyas ramas segundonas, la de los condes de Coruña, estuvo los últimos siglos. Su población fue siempre muy escasa. La tradición dice que durante la Edad Media tuvo momentos de estar deshabitada, y que en 1420 fue nuevamente poblada por los hermanos, los licenciados Juan Fernández Merino y Martín Merino, que construyeron casas y atrajeron nuevos habitantes. En 1625 se eximió de la jurisdicción de Beleña, adquiriendo el titulo de villazgo.

PATRIMONIO
Es digno que nos fijemos en su iglesia dedicada a Nuestra Señora de los Ángeles, obra del siglo XVI. Su torre con campanario en sus cuatro cuerpos, como todo el edificio han sido restaurados en varias fases y años del 1990 al 2002. Remata en chapitel y presenta un atrio al sur, formando por tres columnas jónicas, con zapatas y arquitrabe de madera; en una de estas zapatas se puede leer AÑO 1570.La portada es un sencillo elemento renacentista, consistente en arco semicircular, escoltado por columnas adosadas. El interior es de una sola nave, con presbiterio cuadrangular. Antes de las reformas en el suelo se podían apreciar una docena de lápidas mortuorias, algunas de los siglos XV y XVII, pero la mayoría del XVI. Tres de ellas son de fácil lectura, y dicen así: “Esta sepultura es de martín Merino familiar de Santo Oficio de la Santa Inquisición de Toledo... el heredero i de María Orcajo sus padres i de Catalina Martínez su mujer. Falleció a catorce días del mes de diciembre de 1616 año”(lleva tallado en su centro un sencillo escudo con la Cruz de Calatrava).
En la Plaza mayor destaca en su centro el rollo o picota, símbolo de villazgo que desde 1625 posee La Mierla. También es muy característico el edificio concejil, obra popular de sillarejo revocado con detalles ornamentales esgrafiaos, así como la fecha de 1895.
A la entrada del pueblo destaca la ermita de la soledad, de planta cuadrangular, cubierta a cuatro aguas, porche y portada de doble arco semicircular con columnas central, y detalles escultóricos como un “escudo de las llagas de Cristo”teniendo por ángeles, un par de rosetas y una hornacina con detalles platerescos.
Junto a dicha ermita, se encuentra la fuente de abajo, magnífico ejemplar medieval, cuya arca, de planta pentagonal, se forma con rudos sillares y da salida al agua por un par de gruesos caños que dan a un pilón de la misma época.

FIESTAS TRADICIONALES
Son muy típicas las fiestas dedicadas a San Isidro el 15 de mayo y las patronales en honor de San Roque y San Roquillo del 15 al 17 de cada agosto. Por ultimo decir que los habitantes de La Mierla, también acuden en romería a la ermita de Peñamira el primer sábado de cada mes de junio.